Existen evidentes diferencias entre los juguetes de madera y los de plástico. Tras una hegemonía de los segundos que ha durado décadas, los primeros empiezan a recobrar un lugar preeminente entre los juguetes infantiles.
Hay muchas razones para regalar a tus hijos juegos de madera, más sostenibles que los de plástico, aunque los fabricantes de estos últimos ya han empezado a tomar buena nota, apostando por nuevos materiales alternativos: los bioplásticos.
¿Por qué están volviendo los juguetes de madera?

Los de madera son juguetes sostenibles, de gran resistencia y durabilidad. Además, a no ser que se les añada algún tipo de pintura o aditivo, carecen de la toxicidad de los juguetes de plástico.
Muchos fabricantes utilizan madera procedente de explotaciones forestales sostenibles, acreditados con los sellos FSC o PEFC, por lo que el daño a los bosques es mínimo o inexistente.
Además de su sostenibilidad, los juegos de madera presentan numerosas ventajas como instrumentos para el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños.
- Presencia y peso: los juegos de madera son más pesados que los de plástico, por lo que los niños requieren de una mayor firmeza y confianza para sujetarlos, estimulando la motricidad de sus manos.
- Estimulan el sentido del tacto: los juegos de madera, especialmente los que no están lacados, tienen un tacto muy agradable para los pequeños, a quienes les encanta manipularlos.
- Favorecen la creatividad y la imaginación: los juegos de madera propician la actividad mental de los niños. Son juguetes más naturales, sin sonidos ni luces, por lo que es la imaginación de los pequeños la que trabaja, no la tecnología del juguete. Además son más polivalentes al ser menos estructurados.
- Reducen el consumismo: Aunque los juguetes de madera suelen ser más caros que los de plástico, lo cierto es que duran mucho más, por lo que son mejores inversiones. Al ser tan resistentes casi no se deterioran y los niños no se cansan de ellos. Además, pueden pasar de los hermanos mayores a los más pequeños.
Juguetes de plástico, cada vez más adaptados a la sostenibilidad

Desde que empezaron a fabricarse, los juguetes de plástico han tenido como gran ventaja sus infinitas posibilidades de moldeado. Su mayor abanico de diseños y colores ha resultado muy atractivo para varias generaciones de infantes.
Sin embargo, nunca han sido unos juguetes sostenibles ni saludables. Sus aditivos tóxicos (ftalatos, bisfenol A, retardantes de llama…) pueden tener efectos nocivos en los pequeños (ya se sabe que les encanta llevarse a la boca todo lo que encuentran, especialmente en edades tempranas).
Su impacto medioambiental es notablemente mayor que el provocado por los juegos de madera; los plásticos suelen fabricarse mediante recursos no renovables, como el petróleo, cuyos procesos de extracción y refinamiento dejan una negativa huella ecológica. Además, no suelen ser productos renovables.
Sin embargo, en la actualidad están cobrando gran fuerza plásticos que se sintetizan a partir de materias orgánicas vegetales (maíz, caña de azúcar, almidón de arroz o patata…), abandonando los combustibles fósiles. Los bioplásticos presentan una menor emisión de gases de efecto invernadero cuando son producidos, siendo más sostenibles. La industria juguetera está apostando de manera creciente por esta opción desde hace unos pocos años.
Factores a tener en cuenta al elegir juguetes de madera o de plástico

Aunque los juguetes de madera son, hoy por hoy, unos artículos más sostenibles y educativos que los de plástico, tñu eres quien tiene que tomar la decisión de elegir unos u otros. A continuación te mostramos las ventajas y desventajas de cada tipo de juguete:
- Juguetes de plástico: sus ventajas son su suavidad, ligereza, colorido y la gran variedad de modelos existentes en el mercado. Por contra, sus desventajas son su falta de sostenibilidad, el peligro de intoxicación por sus aditivos y su poca durabilidad.
- Juguetes de madera: sus pros son su sostenibilidad, resistencia y la forma en que favorecen la creatividad y la imaginación de los pequeños. Su cara negativa es que suelen ser más caros que los juguetes de plástico y son menos atractivos hasta que los niños se acostumbran a ellos.
Todo parece indicar que la vuelta de los juguetes de madera no se trata de una moda retro de corto recorrido. Paulatinamente está encontrado su lugar entre el público infantil. Esto, unido al avance de los juegos elaborados con bioplásticos, puede suponer un serio avance en la sostenibilidad del planeta.